La Malinche
El 12 de octubre de 1492 se comenzó a escribir una nueva historia ligada indiscutiblemente a la aparición o descubrimiento de un nuevo mundo. De alguna manera la historia de hombres y mujeres se vio afectada por este proceso. Nuestra manera particular de comprender la historia nos hace remontarnos hacia estas fechas e incluso mucho más allá, ya que en base a estos acontecimientos comienzan a transformarse drásticamente las vidas de muchas de mujeres.
Por eso, Foeminas en su número 21 presenta la historia de una mujer muchas veces discutida y otras muchas cuestionada, pero que encarna un rol y un lugar muy difícil de entender.
El relato que presentamos en este número 21 es el de La Malinche (1502-1529), una mujer que se convirtió en la madre de la nación mexicana, un personaje controvertido y sumamente enriquecedor para analizar la vida de las mujeres de los pueblos originarios de América.
Malineli Tenepatl, La Malinche o simplemente Doña Marina, bautizada así con nombre cristiano, habría nacido en el marco de una familia noble indígena y se cree que fue secuestrada y vendida como esclava siendo ella muy pequeña. Luego de ser tomada como esclava, en su propia tierra, fue cedida a los mayas tras celebrarse un enfrentamiento entre éstos y los aztecas. Al haber sido ofrecida como tributo de guerra desde niña tuvo la posibilidad de hablar su lengua materna, el náhuatl y la lengua maya.
En 1519 fue regalada junto a quince mujeres y algunas piezas de oro al conquistador Hernán Cortés, quien advierte que Malinche al tener conocimiento de distintas lenguas, incluyendo el castellano, puede cubrir las tareas de intérprete o mediadora discursiva. Además de intérprete, La Malinche se transforma en la persona de confianza de Hernán Cortés, a quien dio un hijo. Cortés escribiría en una carta: "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina".
Esta afirmación de Hernán Cortés y un hijo producto de la relación amorosa entre La Malinche y el conquistador hacen que los actos de esta mujer fueran interpretados por la historia de los pueblos de América como la gran traición. Al punto de utilizarse el término en toda América Latina “malinchista” para denominar a la actitud o acción servil del oprimido/a con su opresor, a cierta complicidad del nativo/a con el conquistador.
La historia de las mujeres, sin embargo, es la historia no dicha, es el relato acallado, censurado y que siempre se debe analizar varias veces. La vida de La Malinche es la de la mujer de ayer y de siempre, que se vuelve apátrida por no tener un lugar social. Por eso quisimos rescatar en este número una reflexión fundamental para entender un poco más la historia y para entendernos mucho más a nosotras mismas.
Micaela Fernández Darriba
A continuación reproducimos un trabajo que nos llega desde México de Maribel Hernández Cruz sobre La Malinche.
¿Quién es Malinche?
Pensar en la historia de la educación de las mujeres es llevarnos a una serie de imágenes e ideas que han ido tejiendo la herencia cultural, y que es difícil de entender sin estos íconos fundamentales de gran significación social mexicana, como lo es, entre muchas otras, “La Malinche”.
La Malinche es un personaje mítico-histórico que está sustentado en paradojas tales como la traición, o bien para otros y otras la emancipación. Es parte de la historia más contada de mujeres. Una mujer que por sus marcas de identidad (que son de exclusión) ha sido nombrada y reconocida en muchos libros de historia y literatura so pretexto de ser una mujer compleja.
Comencemos por esbozar algunos puntos representativos de ella para dar pie a una apreciación de su relevancia como sujeto social, político y sexual:
La Malinche se expresa en la historia de la conquista de México, en el momento en que ella fue una de las veinte mujeres que se dieran a Cortés a cambio de paz y tranquilidad. Malinche fue la amante de Cortés y fiel intérprete y auxiliar de los españoles.
Su nombre era Marina (Malinalli, Doña Marina) mejor conocida como Malinche. Era sólo una esclava, un objeto susceptible de canje o de venta.
Al ser bautizada y convertida a la religión cristiana se le impuso el nombre de Marina.
Ella hablaba la lengua náhuatl, de los aztecas, y la maya. Entre los españoles había un sacerdote que había vivido algunos años con un pueblo de lengua maya. Malinche traducía de la lengua azteca a la maya y luego el sacerdote traducía del maya al español. En este punto la Malinche juega un rol de traductora y su lengua viaja por diversos escenarios, propiamente haciendo mediaciones entre españoles e indígenas.
Como traductora, Malinalli ayudaba a Cortés porque sabía las lenguas maya y náhuatl; al mismo tiempo aprendía el español rápidamente. Se la considera como un sujeto dinámico, ya que trataba de incorporar herramientas discursivas al tratar de aprender el castellano.
Como consejera, ponía al tanto a Cortés de las costumbres de los aztecas.
Como amante, Doña Marina dio a luz a un niño que se llamó Martín, el hijo de Cortés. Al tener un hijo con Cortés fue considerada la progenitora del mestizaje. Esta relación intrínseca con Cortés solo condescendía pues él al ser símbolo de poder y representante de la cultura invasora, ese “doña” significa un aporte de poder a Malinche; que se le asignaba por el “poder” intrínseco de Cortés.
Una mujer diferente, en una época difícil
La historia del sujeto “Malinche” es polémica, y como resultaría muy aparatoso desarrollar un análisis de esta índole, aquí solo se hará mención de la connotación que ella tiene como sujeto que se apropió de su ser político y sexual.
En el momento en que la Malinche comienza a hacer uso de su lengua como vehículo tanto de comunicación como en el plano político, estaba tomando conciencia de su ser y la ubicación de éste, ya que a través de las transacciones lingüísticas y corporales podía discriminar, con su propio juicio, qué decir y cómo decirlo.
Además de desempeñar su rol de mujer indígena (como las demás mujeres esclavas) empezó a cobrar mayor presencia, por su importancia para comunicarse entre dos culturas. Además su cuerpo, antes ignorado, comenzó a tomar presencia no solo por la cercanía con Cortes, sino por su inevitable servicio como traductora. Sólo basta echar un vistazo a los códices para ver la posición corporal respecto a Cortés, que en algunos casos se manifiesta con cierta arrogancia.
Ahora bien, aun cuando se puede hacer la crítica, desde otra óptica, de que solo era un objeto para el poder, este argumento queda superado al observarse que Marina luego de estar distante de Cortés, resulta independiente, puesto que, lucha por propiedades para ella y su hijo Martín.
Sin duda, esto expresa rasgos de una mujer que ha tomado conciencia de su ser autónomo, al exigir sus derechos (dejar de ser esclava), de ser libre y de pensarse como sujeto político. Es decir, ella toma decisiones “ante” el poder; este “ante” significa que hace frente (de afrenta) contra lo que la sometía, ella enfrento su subordinación.
Así también, de alguna forma la relación en torno a lo sexual con respecto a Cortés pasó de ser mera situación físico-genital a matizarse por vínculos más estrechos, es decir, afectivos, tal y como lo expresan algunos críticos de la historia. Ahora bien, esta relación le permitió a Malinalli entender la propiedad de su cuerpo, ideas y proyección de éste en un mundo que la oprimía y la determinaba.
No obstante, al entender las sensaciones y percepciones de su cuerpo, su amor erótico hacia Cortés y su inmenso amor de madre, lo trabajó en su vida personal, de tal forma que dejó de ser esclava y pasó a ser una mujer con nombre, propiedad (de ella misma) y un sujeto social reconocido.
Lo que se escribe de Malinche
No existen muchos textos sobre la Malinche de manera específica, aunque sí, estamos impregnados de ella a través de libros de historia y de literatura.
Cada escritor refleja su postura ante esta mujer, en algunos casos es entendida como la traidora puesto que en su función de traductora tenía pactos con el poder (los españoles); sin embargo otros escritores y escritoras, con enfoques distintos, la consideran un icono importante para entender este proceso histórico que se ha denominado la conquista de México.
Asimismo, podemos situar en algunos textos a la Malinche como un símbolo para pensar el giro de ser un sujeto desposeído hasta de nombre, a ser un sujeto reconocido y con movilidad social tanto en aspectos personales como de índole material, ¿qué se posee al tomar conciencia? Ella, además de nombre, autoridad, reconocimiento, poder, autonomía, obtuvo una valoración de ser, una dignidad de sí. Encarnó la apropiación de su ser político-sexual.
Ahora bien, si de escritura se trata, tendré que hacer alusión a Gloria Anzaldúa, escritora contemporánea, escribe sobre la Malinche desde otra interpretación, ya que, hace mención a que en la cultura mexicana atentamos contra nosotros mismos, contra nuestra raza, nuestra cultura, y reivindica el papel de Malinalli o Malinche.
"Estas carnes indias que despreciamos nosotros los mexicanos así como despreciamos y condenamos a nuestra madre, Malinalli. Nos condenamos a nosotros mismos. Esta raza vencida, enemigo cuerpo […] No fui yo quien vendió a mi gente sino ellos a mí. Me traicionaron por el color de mi piel. La mujer de piel oscura ha sido silenciada, burlada, enjaulada, atada a la servidumbre con el matrimonio, apaleada a lo largo de 300 años, esterilizada y castrada en el siglo XX. Durante 300 años ha sido una esclava, mano de obra barata, colonizada por los españoles, los anglo, por su propio pueblo—y en Mesoamerica su destino bajo los patriarcas indios no se ha librado de ser herido. Durante 300 años fue invisible, no fue escuchada, muchas veces deseó hablar, actuar, protestar, desafiar. La suerte estuvo fuertemente en su contra. Ella escondió sus sentimientos; escondió sus verdades; ocultó su fuego; pero mantuvo ardiendo su llama interior. Se mantuvo sin rostro y sin voz, pero una luz brilló a través del velo de su silencio." 1
Esto es un fragmento de protesta de Gloria Anzaldúa, en la cual, narra desde su estilo personal y su enfoque histórico, el que Malinalli no fue traidora, ni culpable, sino que al contrario fue ella una mujer con mínimas condiciones para ser en un mundo social patriarcal, y sin embargo, pudo obtener su libertad y su emancipación.
Destaca que esas mujeres sin voz, ni presencia, están emancipándose porque existen y existieron otras, que emprendieron la lucha a sus espaldas…la historia contada por el poder no enfatiza a las mujeres y menos a las que escaparon de sus manos como Malinche… el poder de la conquista de México presenta una fisura con la Malinche, quién hizo eco en nuestras raíces mexicanas.
La Malinche nos acerca a un horizonte distinto de la vida, en donde manifiesta que a pesar de las opresiones que puedan existir, se pueden abrir caminos, ella abrió brecha, generó conciencia, y obtuvo “voz material”, tangible; Esa generación de conciencia fue la base política en la cual pudo exigir sus derechos y tuvo la oportunidad de vivir y coexistir políticamente.
Fue una mujer que nos dejo una invitación: apropiarnos de nuestras marcas de identidad, para generar conciencia e ir hacia la construcción de nuestro ser político y sexual, para poder vivir plenamente con nosotras, y con los demás, es decir, con “la otredad”.
Maribel Hernández Cruz
Nació en México, Distrito Federal, el 5 de febrero de 1981. Es Licenciada en Pedagogía y actualmente está por obtener el grado de Maestra en Pedagogía en la UNAM. De manera continua ha trabajado con el tema de género, y su tesis estuvo centrada en la investigación de la sexualidad de las mujeres, destacando en esta, el trabajo en La Malinche.
En 2006 realizó una estancia de investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona para desarrollar tesis de Maestría. Además, participó como ponente en el "VII Encuentro Iberoamericano de Género y Educación" en La Habana, Cuba, en este mismo año.
En febrero 2007 impartió la conferencia "Género y Sexualidad: claves para formar sujetos en una pedagogía de la diferencia" en el Simposio Universitario sobre Educación Sexual, en Cayey, Puerto Rico. Ha realizado reseñas y publicaciones respecto al género, sexualidad y educación. En agosto de este año presentó la reseña del libro “Maltrato: un permiso milenario”, la cual se publicará en el mes de diciembre en la Revista Mexicana de Sociología.
Fuente: Revista Foeminas
http://foeminas.lugo.es/2007/Octubre/historia_de_mujeres_cast.htm
3 comentarios:
esta padrisima la informacion y me sirvio mucho para una exposicion gracias por escribir cultura y no porquerias...
DTB...
hola como estas espero q esten todo sbien esta leyenda me ha parecido muy entrenativa y ps necesito una ayuda de ustedes necesito hacer una carta desde un punto de vista de maliche por fabor
intereszante informacion vista desde diferentes puntos y criteros.muchos danzansantes no saven el significado de la malincheni por que ni como pero bueno. yo no estoy de acuerdo que se vea ala malinche como una traidora,sino como una pacificadora y mediadora
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